Un cuento sobre 🟪 y 🟣
Hoy quiero compartirte este cuento: “Cuadradito juega con sus amigos Redonditos”
“¡Ring! Es la hora de entrar en la casa grande.
¡Pero Cuadradito no puede entrar! No es redondo como la puerta.
Cuadradito está triste. Le gustaría mucho entrar en la casa grande.
Entonces, se alarga, se tuerce, se pone cabeza abajo, se dobla. Pero sigue sin poder entrar.
-¡Sé redondo! – Le dicen los Redonditos.
Cuadradito lo intenta con todas sus fuerzas.
-¡Te lo tienes que creer!- dicen los Redonditos.
-Soy redondo, soy redondo, soy redondo…- repite Cuadradito. ¡Pero no hay nada que hacer.
-¡Pues te tendremos que cortar las esquinas! – dicen los Redonditos.
¡Oh, no! – dice Redondito. ¡Me dolería mucho!
¿Qué podemos hacer?
Los Redonditos se reúnen en la sala grande. Hablan durante mucho, mucho tiempo. Hasta que comprenden que no es Cuadradito el que tiene que cambiar. ¡Es la puerta!
Entonces, recortan cuatro esquinitas, cuatro esquinitas de nada…que permiten a Cuadradito entrar en la casa grande, junto a todos los Redonditos.”
¿Reflexionamos juntas? ¿Cuántas veces intentaste doblarte, estirarte y mentalizarte que tenés que ser diferente como cuadradito? ¿Cómo creés que se sentía cuadradito al fingir que era de otra manera para encajar? ¿Y cómo te sentís vos cuando hacés lo mismo?
Cada persona es única, ¡diferente! y eso no es malo, sino todo lo contrario. Como sociedad, tenemos una responsabilidad hacia todos los seres humanos y debemos crear lugares y espacios donde todos puedan formar parte.
book Fuente: Por cuatro esquinitas de nada – Libro de Jérôme Ruillier