¿Qué es para ti la realidad? ¿Qué te permite ver la realidad o que no te permite ver la realidad?
La realidad se origina del latín “realitas“ que nos permite expresar la existencia de seres, personas u objetos que nos rodean. La palabra realidad también es un sinónimo de veracidad.
Es decir, los seres humanos expresamos y verbalizamos a través de las palabras y también a través del lenguaje escrito lo que vemos, sentimos, percibimos, tocamos y olemos. La realidad se compone de dos elementos; son los hechos y las interpretaciones.
El primer elemento son los hechos, es decir, son situaciones cotidianas que vemos, sentimos, palpamos, oímos y estamos rodeados de ellos en el día a día.
El segundo es la interpretación. Cada uno de los seres humanos son diferentes y es por esto es que existen variadas interpretaciones de lo que vemos, escuchamos y percibimos. La interpretación, de cada uno de los hechos, se relaciona con las emociones que cada ser humano posee.
“La realidad = Hecho + Interpretación”. Por lo tanto la interpretación de cada uno puede ser distinta a otro, es decir que hay tantas realidades como individuos.
Veamos un ejemplo: Hoy llueve (es un hecho irrefutable). Esto da a distintas realidades: Para mí, que tengo un lavadero de autos, hoy es un día perdido. En cambio, para quien está en su casa, en la oficina o en un bar y disfruta escuchar el ruido de la lluvia mientras ve por la ventana las gotas de agua caer y deslizarse por el vidrio, es un día hermoso!!
Esto nos lleva a entender que nuestra interpretación no es la única ni la mejor, sino que es simplemente la consecuencia de nuestras propias vivencias, y podemos guiarnos de la siguiente manera:
1. Tomar consciencia de que tus observaciones, opiniones y acciones no son la verdad absoluta, sino que dependen de tu modelo mental. Darte cuenta de que la otra persona tiene otro modelo mental y podría tener una observación diferente, mantener opiniones diferentes y tomar diferentes acciones.
2. Considerar que únicamente tienes certeza en lo que tú ves, piensas, sientes, quieres y cuál es el impacto de las acciones de los otros en ti. Pero no sabes lo que la otra persona ve, piensa, siente o quiere, y cuál es el impacto de tus acciones en él. Por su parte, la otra persona sabe lo que ella ve, piensa, siente y quiere y el impacto que tus acciones tienen sobre él. Mas no sabe lo que tú ves, piensas, sientes, quieres y el impacto de tus acciones en ti.
3. Indaga acerca de la experiencia y el razonamiento del otro. Realiza preguntas que lo inviten a subir por su escalera y revelar sus inferencias, suposiciones y generalizaciones. Intenta comprender el modelo mental que lleva al otro a partir desde las observaciones hasta las acciones. Pídele ejemplos o ilustraciones para fundamentar tus interpretaciones en datos concretos.
4. Comparte tu experiencia y razonamiento. Baja por tu escalera abiertamente, revelando tus inferencias, suposiciones, y generalizaciones. Explica el modelo mental que te lleva desde las observaciones a las acciones. Ofrece ejemplos e ilustraciones para aterrizar tus interpretaciones en datos concretos.
5. Verifica tus inferencias acerca de los sentimientos e intenciones del otro. No puedes leerle la mente. Hazle preguntas abiertas dándole la oportunidad de refutar cualquiera de tus creencias.
Asi que, todo depende, de que depende, de según como se mire,,,, diria jarabe de palo